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Hoy no quiero ser.
Las tardes frías de niebla como muchas otras, como cualquiera.
En la casa donde las cosas envejecen y perecen, es difícil aceptar el cambio es difícil cuando derrepente miras hacia atrás y ya nada es igual. Todo está en movimiento creando desorden para mantener vivo al universo. Podría perderme entre la niebla en este día frío donde los maullidos suenan tan lejanos donde a pesar de todo ya no nos relamemos las heridas pero aún así cuesta mucho adaptarse a este nuevo paisaje donde no sabes las razones de la vida que te trajeron hasta aquí. No quiero ser un día más o ser una hoja que cae.
Lo que antes me asustaba ya no puede hacerme nada, me despido con un beso y te dedico un hasta siempre.

No creo que seaa necesario ser propios, ni impropios. Solo es cuestión de ser, de soltar las letras al azar para liberar un poco el espíritu de esta ciudad que nos moja los pies al regresar a casa.
No puedo asimilar que el pasado sea tal, ni que el presente exista de verdad. Solo extraño el hogar que abandoné por no sé qué, por el futuro, la vida y sus trivialidades.
En esta noche donde la lluvia sobre el asfalto se lleva por las coladeras la inspiración. Solo quiero recordar mis sueños porque desde que llegué a este lugar extraño parece que el vacio es enorme.