Sentí que morí, me asusté y corrí, sin voltear atrás olvidé el pasado y no volví nunca.
Andábamos ya muy asoleados y cansados, unas personas nos ofrecieron pasar la noche allí.
Anocheció, contábamos chistes y reíamos disfrutando la juventud que en ese momento creíamos eterna. Comenzamos a prepararnos para dormir, ya estábamos listos cuando quise salir a ver un rato las estrellas para despedirme de ellas y de mis tristezas, llegué al jardín y de pronto llegaron hombres de uniformes con muchas armas, solo grité ¡AL SUELO! entré corriendo para protegerme y protegerlos a ellos, vi los cuerpos caer de uno en uno, mientras otros se hacían los muertos, me escondí debajo del fregadero hasta que no se escuché ningún ruido, después de eso solo puedo recordar el olor a sangre y el silencio.
Nos mataron, porque ellos nunca pierden, pero nosotros tampoco perdimos, morimos con nuestros sueños y pasiones intactos, luchamos hasta el final sin derrotas, de pie y no de rodillas. En el viento quedan nuestros ideales, rescátalos, no nos olvides, sal y lucha. Lucha siendo feliz aunque el mundo diga lo contrario, lucha por tu causa demostrando que ser diferente, que ser mujer, ser indígena, ser homosexual, ser joven, es SER LIBRE.
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