Con el tiempo me convertí en una persona callada y un poco triste.
Sé que no es la persona que esperaba ser; que me gustaría ser esa pequeña alegre que cree que el mundo es color rosa, se enamora del amor y puede creer en todos, esa chica de la cual se enamora la gente. Pero la realidad es que esta es la persona que soy.
De alguna forma esta persona es alguien completo, alguien que sabe lo que quiere y que lucha contra el día a día de la mejor forma que puede. Si bien puedo reconocer que en este punto me he perdido en un sendero en el que no sé exactamente cuánto mide el tiempo, junto con otras dudas existenciales que no tienen respuesta, sé que termina por encontrar el camino principal.
Me gusta madrugar cuando tengo una buena motivación, me gusta desvelarme sin razón; me gusta leer cuentos y novelas, aunque justo ahora me encuentro buscando un libro que encaje con mis emociones. No soy una persona amigable, no porque no me agraden las personas, simplemente no sé como hacerlo. Tengo pesadillas cuando tengo frío y sí, lo acepto, a veces duermo con mi gato.
Extraño la música, a mi familia, a él y muchas cosas más; esta soledad es difícil, pero vaya que tiene lo suyo. De alguna forma puedo disfrutar estas horas, luchando conmigo y acopañandome a tomar una taza de café.
Disfruta el viaje, es inevitable llegar a este punto en el que se está orgulloso de la persona que siempre quisiste ser, con un poco menos de las sonrisas que esperabas tener.
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